La sociedad y el mundo moderno se mueven con mayor rapidez, y con ésto el tiempo que las personas podemos dedicar a muchos aspectos de nuestra vida se ven disminuidos. Uno de estos aspectos es la alimentación, un factor crucial de nuestra salud al que cada vez dedicamos menos de los minutos del día a día. En el entendimiento de esta realidad, la comida rápida ha aparecido para cubrir una necesidad que es parte de la vida de cada vez más personas, pero trae consigo una cantidad de problemas y desventajas que es sumamente importante abordar y conocer.
A pesar de que este tipo de alimentos tienen grandes ventajas como el ahorro de tiempo y el bajo costo, la comida rápida en nuestras vidas constituye una alternativa muy poco saludable, puesto que tienden a proveer un aporte energético excesivo, una cantidad elevada de grasas saturadas y abundantes aditivos que, aunque pueden ser irresistibles para nuestro paladar, no son más que un exceso de sal y otras sustancias que ingresan a nuestro organismo. Las hamburguesas, papas fritas, hot dogs y muchas otras tienen todas estas desventajas, de manera que su consumo constante es poco recomendable.
Por otro lado, la comida rápida ha comenzado a ofrecer algunas alternativas que, si bien tratan de mantener sus bondades, también buscan disminuir las problemáticas que nos ocasionan, evitando así que tengan influencia en la salud a corto y largo plazo. Entre estas alternativas se encuentra la inclusión de una mayor cantidad de verduras en los platillos, la inclusión de opciones asadas o cocidas en lugar de fritas, aumento en el uso de pollo o pescado por encima de una mayor cantidad de carne roja, y la adición a los menús de preparaciones de fruta natural o agua mineral en lugar de bebidas azucaradas típicas como los refrescos. Esto permite que se reduzca la ingesta excesiva de carbohidratos y grasas saturadas, a la vez que nos aporta una mayor cantidad de vitaminas y minerales beneficiosos para el organismo.
Sin duda alguna, la comida rápida ha llegado a nuestras vidas para permanecer por un largo tiempo, si no es que por siempre, pero como todo lo que existe en el mundo moderno, deberá pasar por una gran cantidad de cambios y adaptaciones para poder asegurar su lugar en nuestra sociedad, posibilitando conservar sus beneficios sin perpetuar los efectos negativos que actualmente provoca en nuestra salud. De esta manera, es posible que en un futuro cercano la comida rápida ya no sea un sinónimo de comida chatarra, sino que solamente sea vista como una alternativa eficiente para utilizar en nuestras ajetreadas rutinas, pero no como aquella cuyos efectos nocivos sobrepasan enormemente a sus características positivas.
El Sardinero recomienda tratar de comer saludablemente y evitar en la medida de lo posible la comida rápida.