La comida tiene una forma de llegarnos directamente al corazón, ¿no es así? El otro día, pude experimentar esa magia nostálgica. Una amiga me invitó a su casa para un desayuno dominical clásico y, mientras esperaba mi paratha caliente, mis ojos se posaron en un tazón repleto de mantequilla blanca.
Cuando la paratha llegó a mi plato, no lo pensé dos veces: me unté esa mantequilla blanca como si no fuera nada. La mantequilla blanca, o «makhan», como muchos la conocemos, es pura infancia en un plato.
Ahora que todo el mundo se suma a la tendencia de la concienciación sobre la salud, los productos comprados en las tiendas están recibiendo la espalda… y por eso, la mantequilla blanca está volviendo. Es fresca, natural y simplemente irresistible. Pero, si eres nuevo en la cocina, querrás evitar algunos errores que podrían arruinar tu mantequilla (¡y esos dulces recuerdos!). No te preocupes, estás en el lugar correcto. Tenemos una lista de errores que debes evitar al hacer mantequilla blanca en casa.
Aquí hay 5 errores que se deben evitar al hacer mantequilla blanca1.
1.Uso de crema fría
Para hacer mantequilla blanca en casa, necesitas malai o nata. Normalmente, guardamos la malai refrigerada para evitar que se eche a perder. Sin embargo, uno de los errores más comunes que se cometen al hacer mantequilla blanca en casa es usar la nata fría directamente del frigorífico. La nata fría es más difícil de batir y tarda más tiempo en separarse en mantequilla y suero de leche . Por otro lado, la nata a temperatura ambiente tarda menos tiempo en separarse. Por lo tanto, la próxima vez que hagas mantequilla blanca en casa, asegúrate de sacar la nata del frigorífico al menos 30 minutos antes de hacer la mantequilla.
2. Batir demasiado la nata
No solo la temperatura, sino también la forma en que bates la nata puede afectar al resultado deseado. Batir demasiado la nata a temperatura ambiente puede hacer que la mantequilla blanca suave y esponjosa se convierta en un desastre grasiento. Un paso sencillo que debes recordar al preparar mantequilla blanca en casa es detenerte cuando veas que la mantequilla se separa del suero de leche. Puede parecer bueno cuando estás en el proceso, especialmente si eres nuevo, pero batir demasiado la mantequilla puede romper las grasas y hacer que la mantequilla quede demasiado espesa.
Después de todo, quieres una mantequilla ligera que se extienda fácilmente en tus parathas, ¿verdad?
3. No lavar la mantequilla
Una vez que la mantequilla y el suero de leche se hayan separado, es mejor lavarla con agua fría para eliminar cualquier resto de suero de leche. Esto es importante porque el suero de leche sobrante puede echarse a perder rápidamente y darle a la mantequilla un sabor amargo. Muchas personas se saltan este paso o no lavan la mantequilla correctamente, lo que hace que tenga una vida útil más corta o que se arruine el sabor. Un consejo simple para lavar la mantequilla es seguir haciéndolo hasta que el agua salga clara. Esto prolongará su vida útil sin arruinar su sabor.
La mantequilla blanca tiene un sabor increíble en parathas calientes.
La mantequilla blanca tiene un sabor delicioso en parathas calientes.
4. Utilizar herramientas incorrectas
Las herramientas que utilices para hacer mantequilla blanca en casa pueden afectar el resultado final. ¿La batidora que utilizas tiene cuchillas débiles? ¿Tu batidor de mano se detiene en mitad del proceso? Entonces, deséchalas cuando hagas mantequilla en casa, ya que esto podría dar lugar a un batido desigual, es decir, una mantequilla despareja. Si eres nuevo en el proceso, utiliza una batidora firme con cuchillas ajustadas. Esto te dará la textura y el sabor correctos de la mantequilla blanca.
5. No almacenarlo adecuadamente
Seguro que has puesto todo tu esfuerzo en preparar la mantequilla blanca más deliciosa y fresca, pero ¿cómo la vas a guardar? El almacenamiento adecuado de la mantequilla blanca es muy importante para aprovechar al máximo su sabor. En cuanto la prepares, asegúrate de guardarla en un recipiente hermético. A diferencia de la sal y la mantequilla comprada en el mercado, la mantequilla blanca tiene tendencia a absorber los olores y los olores del entorno . Por eso, lo mejor es envolverla en papel de pergamino o papel de mantequilla y guardarla en un recipiente hermético. ¡Así te asegurarás de que se mantenga pura y cremosa, tal como nos gusta!